El Khat (pronuciación: el gat) se llama así por la droga que tanto se masca en Oriente Próximo y que está especialmente extendida en Yemen. La banda fue creada en 2018 y está liderada por Eyal El Wahab, un músico de origen yemení con una carrera musical bastante particular. Se hizo un hueco en la Orquesta Andaluza de Jerusalén como violonchelista, tras haber aprendido de forma autodidacta mientras tocaba en la calle, sin saber leer música, aprendiendo el repertorio de oído sobre la marcha y aprendiendo teoría musical mientras tanto. Esto le proporcionó una base sólida, pero su mundo cambió cuando le regalaron «Qat, Coffee & Qambus: Raw 45s from Yemen», un LP de música tradicional yemení de los años sesenta. Fue como una epifanía. Dejó la orquesta, empezó a construir instrumentos y montó El Khat.
El Wahab toca muchos de los instrumentos de sus discos, como el dli y el kearat, construidos por él mismo. Es un hábil ebanista que utiliza sus habilidades para hacer música con los objetos que la gente desecha. Hijo de la diáspora yemení, es una práctica que se remonta a la tierra natal de su familia, donde hasta la basura puede convertirse en instrumento. «Allí la gente simplemente toca con una lata», dice. «Aquí, la gente tira cosas, tesoros o chatarra, y yo lo transformo».
Eyal el Wahab aporta una reimaginación funky y psicodélica a las canciones tradicionales yemeníes que le electrizaron cuando las escuchó por primera vez. Con El Khat ha lanzado dos discos: Saadia Jefferson (Batov Records, 2019) y Albat Alawi Op.99 (Glitterbeat, 2022) un disco casi íntegramente lleno de composiciones propias, cercano y personal que mira constantemente a la tierra natal de su familia en la península arábiga.
Acerca de El Khat han dicho:
«Brillante» Gilles Peterson
“Esto suena como un Manu Chao de Oriente Medio.» Songlines ★★★★
«Su sonido es un estrépito glorioso y extático» Financial Times ★★★★
«El grupo yemení El Khat deconstruye canciones tradicionales en una descarnada colección de incisivas declaraciones a golpe de guitarra». The Guardian
«Es una música loca, pero loca con una vitalidad caprichosa, un universo sonoro propio… lleno de una belleza extraña y maravillosa». The Arts Desk ★★★★
«Una destartalada interrogación sobre las fuentes del funk y el pop yemeníes, filtradas a través de instrumentos inventados y fabricados con chatarra, e interpretadas por un grupo políglota con raíces en Iraq, Polonia y Marruecos». Revista Wire
«El Khat toma canciones populares yemeníes y las transforma en vigorosos taconeos psicodélicos… un nuevo y excitante descubrimiento». Uncut
“Me retrotrae a una época conmovedora de educación y descubrimiento musical, además de servir de crudo recordatorio del sufrimiento actual del pueblo yemení, atrapado en el fuego cruzado del conflicto geopolítico». Chris Menist, DJ de la NTS y compilador de «Qat, Coffee & Qambus: Raw 45s from Yemen’ de Dust to Digital