Mis orígenes
Nací en una ciudad dormitorio de Madrid, Alcorcón, durante el baby boom de finales de los 70. Éramos tantos niños que tenía problemas para conseguir plaza en el colegio y en el instituto y tuve que ir muy lejos de mi casa… Mi madre es una inmigrante de Extremadura que vino a Madrid con 14 años a trabajar de criada interna, con una familia de 11 hermanos. Ella solía trabajar en el campo desde muy pequeña y se vino a la ciudad por decisión propia, para ganar dinero para su familia.
Mi padre era taxista y no tenía educación formal (no tenía ni el Graduado Escolar) pero sí tenía mucha curiosidad y amor por la cultura y por la música clásica. La radio era esencial para él durante esas largas horas en el taxi. Digo que «era» porque él logró cambiar su camino: logró la educación que necesitaba, ya más mayor de 30 años, entrenó muchísimo y se puso fuertísimo, siendo ya padre mío y de mi hermano y ¡superó la oposición para hacerse bombero conductor! La mejora de nuestras vidas fue enorme. Así que he tenido la suerte de crecer en una familia acostumbrada a trabajar duro, a comprobar que solo con tu gran esfuerzo y buenas decisiones puedes mejorar. Ay, y se conocieron en Madrid en una discoteca, se enamoraron se casaron y me tuvieron a mí. Algo más tarde tuvieron también a mi hermano.
La música en mi infancia
¿Y la música? De alguna forma, me gustaba la música brasileña, árabe y klezmer desde que tengo uso de razón. ¿Cómo llegué a conocer esas músicas? Me imagino que por las pelis de la televisión. Siempre he sabido que me gustaba eso. Siempre he estado especialmente obsesionada con la música judía. Pienso que ví El Violinista en el Tejado cuando era muy pequeña. No tengo ningún dato que justifique esa creencia, es solo una hipótesis.
Mis abuelos por parte de padre adoraban bailar. Bailaban tango, chachachá y solían ponerme una cassette de Xavier Cugat para que yo bailara en su casa. Mi abuelo y yo hacíamos también teatro, por ejemplo escenas de Don Juan Tenorio. También me animaba a estudiar y me decía que tenía que valerme por mi misma por si me casaba y mi marido me «salía rana». Él era guapo y muy sensible. Fue elegido bailarín para el cuerpo de baile de una cupletista muy famosa, pero como los ensayos no se los pagaban, tuvo que declinar, ya que todo el dinero que pudiera ganar por otras fuentes era absolutamente necesario para su familia. Él fue una víctima de la Guerra Civil, por supuesto, ya que nació a mediados de los años 20. Era demasiado joven para luchar durante la Guerra pero, tras ella, te puedes imaginar que la vida no era nada fácil.
Su mujer, mi abuela, era una persona muy diferente. Mucho más hedonista, un auténtico terremoto, y también con un gran y generoso corazón. La recuerdo en mí muchas veces. Incluso en mi propio olor. Eso es tan fuertemente emocionante… Les echo mucho de menos y aun no puedo recordarlos sin que me vengan lágrimas a los ojos. Ella solía decirme: «¡No estudies tanto, eso es una tontería!» No seguí su consejo. De hecho, yo era muy buena estudiante hasta que Internet llegó a mi vida… Lo explicaré más adelante.
La adolescencia, la llegada de Internet y ¡el mundo en mis manos!
Durante mi adolescencia empecé a escuchar todo lo que podía de esa otra música que no estaba en Los 40, tanto new age como músicas del mundo, de las fuentes que tenía, que eran básicamente RNE. Me obsesioné mucho y solía grabar programas de radio y luego me hacía recopilaciones temáticas para mí misma. Pronto, en cuanto tuve algún dinero, empecé a comprar CDs. Cuando conseguí una grabadora de CDs empecé a hacer recopilaciones y a copiar CDs para darles a otras personas. ¡Tenía que difundir esas músicas que me atrapaban de esa manera! Pero hasta que no tuve acceso frecuente a Internet, me sentía muy sola en todo esto. La gente a mi alrededor era… curiosa, si acaso. O simplemente no les interesaba nada. A mi novio de aquel momento le gustaba la música clásica pero para nada el flamenco o la música brasileña o gitana de ningún tipo. Así que cuando empecé a tener acceso a Internet empecé a buscar gente interesada en las músicas del mundo. Tendría unos 22 años. En 2000 creeré un e-group, una lista de discusión por email, que luego sería un Yahoo Group: Ethnobeat. A través de ICQ, un programa de mensajería instantánea que existía antes de MSN Messenger, y sus»Páginas Blancas» me puse a buscar gente de cualquier lugar del mundo que estuviera interesada en el tema. ¡Y encontré muchas personas! A algunos los conocí en persona unos 10 años después: Luís Rey, de Portugal, Rudy Carrera, de EEUU… y aún estamos en contacto, ahora con Facebook. La tecnología ha cambiado pero nosotros mantenemos esa misma pasión. Y conocí a un tipo que era tan entregado como yo: Tim Øsleby, un noruego 16 años mayor que yo. Y empezamos un proyecto juntos en la distancia, una web con una filosofía enciclopédica: Ethnobase.org. En aquel momento ni había WordPress ni ninguno de esos CMS, así que ¡teníamos que hacer todo de manera artesanal! La web logró ser reconocida y nos dio muchas alegrías.
Tim vino a Madrid a conocerme. ¡Lo pasamos genial! Nos juntamos con más amigos míos y recuerdo que yo llevaba un bolso muy grande lleno de CDs grabados para todo el mundo. Era muy natural para mí pero a Tim le sorprendió. Me acuerdo perfectamente de que me dijo: «hala, tienes el bolso lleno de CDs para la gente». Cuando vino Tim fuimos a tomar cervezas al barrio de Malasaña, también fuimos a un concierto de flamenco en Suristán (una sala que cerró no mucho después), fuimos a casa de mis padres y comimos cocido madrileño… Este tipo de recuerdos es impagable.
Así que, con todas estas maravillosas cosas en mis manos, mis estudios de Psicología sufrieron un poco, pero logré graduarme sin mucho problema. Solo que ya no era la estupenda estudiante con todo sobresalientes en las notas (esto fue en el último curso de la universidad).
La primera iniciativa pública: el e-group Ethnobeat
Mientras tanto, Ethnobeat, la lista de discusión, seguía creciendo. Allí me encontró el editor de una nueva revista de world music que acababa de empezar en Andalucía: Planeta Ritmo. ¡Guau, era increíble! ¡Me iba a pagar por escribir acerca de músicas del mundo! Estaba trabajando con una beca en Vodafone en ese momento, en el área de e-learning, y me fui y empecé a trabajar como freelance para empresas de e-learning y yendo a todos los conciertos que podía y escribiendo realmente un montón. Esa otra faceta de mi negocio, siempre la he mantenido y también me encanta, la relativa a la formación/educación. He trabajado también como empleada en empresas del sector, como escuelas de MBAs y consultorías, pero mi espíritu ha sido siempre emprendedor.
El comienzo y el presente en radio
Mi relación con los medios continuó tras todo esto, principalmente en radio. Empecé a hacer radio en 2002 en Radio Círculo, en Madrid. Trabajé mucho en la radio online EmisionDigital.com para los canales temáticos de new age, flamenco, clásica y músicas del mundo. En 2006 me uní a Juan Antonio Vázquez en el programa de radio Mapamundi que, unos años más tarde, cuando entramos en Radio Exterior-RNE, cambió el nombre a Mundofonías, que actualmente sigue. Echa un vistazo a www.mundofonias.com. Estamos orgullosos de ello y tenemos motivos.
Y nació Mapamundi Música
¿Y cómo comenzó Mapamundi Música? Fue una consecuencia natural de todo lo anterior. Con el programa de radio mejoramos la comunicación mucho, ya que éramos dos personas llenas de pasión por la música, totalmente convencidas del interés de lo que estábamos haciendo. La gente empezó a pedirnos propuestas y programas de músicas del mundo para conciertos, ya que parecía que sabíamos muy bien de qué iba la cosa. En ese momento yo estaba ya establecida como freelance así que tenía los aspectos administrativos resueltos para poder manejar los impuestos, las facturas, etc. Así que teníamos todo lo que necesitábamos para hacer negocios con esta pasión. El primer concierto firmado por Mapamundi Música tuvo lugar el 27 de diciembre de 2007. Algunos años después cambié la persona jurídica de autónoma a una Sociedad Limitada Unipersonal, que me permite, por ejemplo, pedir ayudas a la UE y cosas similares.
Tus propias raíces también lo merecen
Durante estos años mis intereses personales en la música también han evolucionado. Me dí cuenta de que mi propia cultura, la castellana, estaba muy ignorada, pero era tan rica en términos estéticos y de capacidad comunicativa como cualquier otra. Así que con Juan Antonio Torres, fundador de Vigüela, hice la Asociación para la Difusión de los Estilos. Esta es mi cultura y los sentimientos de mi gente se expresan de manera artística así. ¡Conoce más y descubre con nuestra música qué tenemos en nuestras almas!
Un paso para facilitar el camino a otros
Y acerca de la difusión global de la música, con Ángel Romero de WorldMusicCentral.org y el equipo de Mundofonías creamos la Transglobal World Music Chart con el objetivo de facilitar el intercambio de música entre productores y periodistas de todo el mundo, evitando las limitaciones económicas y de intereses de mercado, utilizando las posibilidades de la fuerza actual de la comunicación digital.
En qué estoy trabajando ahora
Estoy escribiendo estas líneas en septiembre de 2018. Este año hemos realizado algunos proyectos que amo, relativos a la creación de conexiones entre artistas. Para el próximo invierno tenemos ya confirmado el estreno de otro de estos conciertos de colaboración, con artistas de los extremos de Europa. Quiero reforzar nuestras capacidades de difundir al mundo la música de mi cultura y para eso estamos empezando un proyecto que nos hará dar lo mejor de nosotros. Verás todo esto pronto.